Publicado el : 08 de Abril de 2024
En : General
Por Rosario Gonzalez Stewart, profesora invitada del IEEM
En el momento cumbre de sus carreras, los CEO se suelen enfrentar a una pregunta trascendental: ¿qué sigue después de liderar la empresa? La respuesta de muchos radica en la transición a roles de asesor o de director externo, un camino con nuevos desafíos y oportunidades para seguir creciendo y aportando desde la trayectoria y experiencia pasada.
A menudo, los ejecutivos se enfocan en alcanzar la posición más alta de la pirámide corporativa. Sin embargo, al llegar al vértice de la organización, su carrera dentro de ella suele culminar. Su formación, trayectoria y experiencia adquiridas —lo que solemos llamar “seniority”— son claves si la siguiente carrera es de director. Pero cabe preguntarse ¿qué significa sentarse del otro lado de la mesa?, ¿pasar de recibir apoyo para la elaboración de un plan a ser quien lo aprueba?, ¿de decidir en soledad a hacerlo en forma colegiada? y muchos otros contrastes entre las características distintivas de estos roles.
Formación y competencias
La preparación para ejercer el rol de director o asesor de directorio es clave para garantizar una transición exitosa de una carrera ejecutiva a una carrera directiva, donde la toma de decisiones se realiza, en el mejor de los casos, de manera consensuada, o de lo contrario, mediante votación. Los programas de formación en gobierno corporativo y directorios son necesarios para aprender cuáles son las competencias, roles y responsabilidades relevantes para un ejercicio eficaz y eficiente del rol de director.
Se requiere, entre otras competencias, una solidez técnica, personalidad para influir y un carácter firme para expresar con claridad el punto de vista que se considera mejor para la organización. Además, para crear valor, es importante comprender los desafíos del entorno, tener visión global del negocio y capacidad de análisis estratégico.
La importancia de la independencia
El director externo debe ser objetivo e imparcial viendo los temas o realidades tal como son, sin sesgos propios, y debe actuar de manera imparcial, expresando profesionalmente lo que es bueno y beneficioso para la empresa.
La independencia es un tema de actitud. Para ser verdaderamente independiente, un director que actúa en forma íntegra debe estar dispuesto a expresar su opinión, incluso cuando difiera de aquella de quien lo invitó a formar parte del directorio. El director debe lealtad a la empresa y a todos los demás stakeholders.
Reflexión y oportunidades
La carrera de un ejecutivo es un viaje de constante aprendizaje y adaptación. La transición a un rol de director externo abre un nuevo desafío profesional. Es importante estar preparado y posicionarse bien en el mercado para quienes buscan un director externo. La reputación de éxito que se trae como ejecutivo es también un elemento importante en el perfil del director.
La eficacia del directorio depende del valor agregado que los directores aporten en las reuniones para tomar decisiones informadas que guíen a la empresa hacia un crecimiento sostenible y una ventaja competitiva.
Si estás en este punto de inflexión en tu trayectoria profesional, ¿estás preparado para abordar los desafíos y oportunidades que trae consigo el rol de director externo? La respuesta a esta pregunta es el inicio de esta nueva etapa.