Publicado el : 24 de Agosto de 2023
En : General
Por Pablo Sartor, profesor de Análisis de Decisiones del IEEM
Hace unos días y a raíz de la eliminación de Nacional en octavos de final de la Copa Libertadores, volvió a debatirse intensamente sobre la suerte de nuestros equipos de fútbol en las definiciones por penales.
Desde el IEEM, hace seis años hicimos un trabajo donde cuestionamos los aspectos culturales que —a nuestro juicio— llevaban a justificaciones que referían a la mala fortuna, las rachas, “la lotería” y, en definitiva, al no hacer nada por mejorar esta situación. Este trabajo tomaba el fútbol como un ejemplo de la forma en que nuestra cultura nos aferra a mitos, sobre los cuales continuamos basando la toma de decisiones, por más que exista fuerte evidencia en contra.
En nuestro medio era habitual referirse a las definiciones por penales como una lotería. Sin embargo, a partir de un estudio estadístico exhaustivo, demostramos que esto no es así en absoluto para los equipos y selecciones de nuestro país. Quizá sea porque a todos nos sirva creerlo. El hincha encuentra consuelo, “faltó suerte”. Algunos periodistas alimentan la mítica, la hidalga derrota de quien perece, por así quererlo, el destino, no por falta de merecimientos. Incluso para un director técnico es casi buen negocio cerrar un partido y perder por penales, antes que arriesgarse a perder durante el tiempo de juego. Pero los penales son parte del juego y —asumiendo que este fue parejo— el que gana por penales lo merece, hizo mejor las cosas, jugó mejor. Otros mitos respecto de nuestro fútbol dicen que nacimos para ganar las finales y que rendimos mejor en “los partidos que duelen”. Nuestra investigación mostraba evidencia de lo contrario, mal que nos pese a todos los aficionados y habiendo sido así sin duda en los albores de nuestro fútbol y hasta no hace tantas décadas.
En definitiva, buscamos que se revisaran ciertos paradigmas y que se deconstruyeran mitos obsoletos, para poder partir de un entendimiento de la realidad que motivara a trabajar en una mejora genuina. Como lo expresó Pablo Regent: “No hay futuro si seguimos viviendo con los ojos en la nuca, nada bueno podremos construir”. La búsqueda permanente de soluciones en aquello que funcionó en el pasado no suele abrir nuevos caminos, y este es un rasgo cultural muy oriental.
Celebramos que hoy, seis años más tarde, vemos un cambio en el discurso general —jugadores, prensa, periodismo y opinión pública— donde ya se asume lo que la ciencia estadística nos marcaba con claridad. Vale decir que ya se han implementado medidas que buscan paliar este déficit, a modo de ejemplo, las definiciones por penales al final de todos los partidos en divisiones formativas. Quizá en unos años veamos sus frutos.
*Adjuntamos la nota, publicada en 2017 por la revista Hacer empresa, con un resumen de la investigación para quien esté interesado en ampliar la información.