Por Patricia Otero, profesora del IEEM
Hace un tiempo escribí un artículo para nuestra revista Hacer Empresa, acerca de liderar para la felicidad. Partía de una investigación de mayo de 2023, en la que se demostró que empleados felices traen mejores resultados para la empresa.
Básicamente la investigación tenía dos preguntas. La primera era si los empleados felices eran mejores haciendo su trabajo a nivel individual. La segunda era a nivel organizacional, se preguntaban si trabajadores felices generaban mejores resultados. Y se lo preguntaban porque, tal vez, tener empleados felices fuera demasiado caro y el impacto en resultados no llegase.
Tras analizar 1.636 empresas que cotizan en bolsa, y basándose en el Indeed Wellbeing Score, llegaron a dos grandes conclusiones. La primera es que hay correlación entre el bienestar y la mejor performance de la persona. Los empleados más felices son más productivos, menos propensos a irse, a perder días por enfermedad y a trabajar incluso enfermos. Tienden a ser más colaborativos, creativos, comprometidos y motivados en su trabajo. La segunda conclusión es que también existe una correlación positiva entre el bienestar y el desempeño de la firma. Tener empleados felices mejora la valoración de la compañía, el ROA (retorno sobre activos) y el resultado neto. También, predice el desempeño futuro de la empresa y mejora el valor de la acción.
A la luz de estos resultados, creo que ya no quedan dudas. El bienestar de los empleados tiene que estar en la agenda de todo directivo. La estrategia debe tener foco en las personas. Debemos empezar a mirarlas de verdad. Y no se tratar de armar la lista de supuestos beneficios, que muchas veces no suman nada, o no son lo que las personas necesitan. Se trata de trabajar verdaderamente con cada miembro de la organización.
Y, ahí, el rol de quién lidera es clave. Es impresionante el impacto que tienen los directivos en la vida de las personas a las que lideran y, por eso, hay que entender que eso implica una gran responsabilidad también.
En palabras de Christensen: “Mi conclusión: el management es la más noble de las profesiones si se practica bien. Ninguna otra ocupación ofrece tantas formas de ayudar a otros a aprender y crecer, asumir responsabilidades y ser reconocidos por sus logros y contribuir al éxito de un equipo” (“How will you measure your life?”).
Esta frase me parece que resume de forma perfecta el espíritu que desde el IEEM tratamos de transmitir. El liderazgo es servicio y es una chance espectacular de impactar positivamente en los demás.
Si se trata de ayudar a los demás, debemos comprenderlos, empatizar, “perder tiempo” conociéndolos y entendiendo sus motivaciones.
Teniendo en cuenta la importancia de este tema, quisiera compartir algunas características que las investigaciones señalan que debe de tener el liderazgo para favorecer la felicidad en las personas que trabajan con nosotros.
En definitiva, preocuparnos por la felicidad de las personas en la organización nos ayuda a lograr mejores resultados. Si esa preocupación es genuina, además, conseguiremos mayor bienestar para nosotros como líderes; un verdadero ganar-ganar.
Está probado científicamente: hacer cosas buenas por otros hace bien, genera bienestar a quien hizo esa buena acción. Las organizaciones deben de empezar a transformarse en esta línea y crear este círculo virtuoso. Al final, procurar el bienestar de todos los miembros, se convertirá en una gran fuente de creación de valor sostenible.