Publicado el : 03 de Abril de 2024
En : General
Escuchar, estar en permanente contacto con otros miembros de la organización, sin importar su posición en la estructura jerárquica. Esa es la clave para no alejarse de la realidad.
Otros, menos prudentes, han caído en ese error que hace que la persona de vértice se cierre en sí misma y en los que lo rodean, no escuchando a los que desde sitios más lejanos les presentan datos y hechos que merecen atención (p. 73).
Confiar en las personas que trabajan con nosotros es fundamental, tanto en su capacidad técnica como en su capacidad de hacerse cargo de lo que tiene entre sus manos.
La confianza es determinante para que nos confieran autoridad. Por un lado, precisamos tener confianza en las capacidades de una persona para decidir de modo adecuado (…). Por el otro, debemos confiar en las intenciones de quien actúa, es decir, que cada vez que decida tenga presente mi bien. Las dos deben estar presentes y el exceso de una no puede compensar la falta de otra (p. 161).
Aplicar todo método posible, todos los datos, toda la información hasta llegar al momento en el que hay que decidir.
Los buenos directivos saben que han de agotar siempre todo análisis posible, dejando para la última milla lo que muchos llaman intuición y en realidad es conocimiento no formalizado (p. 15).